viernes, 16 de julio de 2010

PESQUEIRAS DE PANTÓN (LUGO)


Un signo de que el concepto de la buena vida se va extendiendo a mi alrededor y de que me voy acercando a mi objetivo, es cuando, al contestar al telefono oyes: “Vámonos este fin de semana a Galicia a casa de unos amigos míos” (¡Gracias mil Baby y Augusto!).
Dicho y hecho. Ese jueves cogimos la carretera de la Coruña, tomamos el desvío hacia Orense, lo cruzamos, nos perdimos, y llegamos -de alguna manera- a Pesqueiras: una (casi) aldea en el interior de la montaña y con una amplia vista al Miño.
El paisaje es muy verde e increíblemente silencioso, y un buen lugar para tomar como punto de partida y conocer la zona.
Aunque el mar queda lejos, para darse un baño se puede optar por la playa fluvial Da Cova, un pequeño paraíso al que se accede desde la carretera LU 533, a la altura de Escairón, por unos 5 km de un camino tan tortuoso como bonito, que desciende la ladera de la montaña hasta la orilla del Miño.
La playa es pequeña, pero tiene pocos visitantes. Como no hay mucha corriente, se puede nadar o alquilar una de esas barcas de pedales para ir un poco mas lejos y fomentar tu espíritu explorador. Si no es tu estilo, hay un chiringuito con mesas de madera, que es del estilo de cualquiera.
PD: Gracias infinitas a los amigos que con sus invitaciones hacen que el titulo de este blog tenga sentido (¡un beso Ana!). ¡Cuantas más invitaciones, más dedicatorias!.

jueves, 13 de mayo de 2010

SEGUNDA PARTE: DE BIERGARTEN POR DRESDE


Todavía en Dresde, y desde la plaza de la Ópera, sale uno de los puentes más antiguos, el Carolabrücke, que lleva al casco nuevo de la ciudad.
Dos calles casi paralelas en esta zona: la Albertstr. y Hauptstr. con los edificos más representativos, terrazas, tiendas y cafeterías con mucho encanto. Y casi imprescindible, probar alguna de las tartas estupendas (elige con lo ojos), que saben preparar por aquí.
Y como no decir nada de las famosísimas Bier Garten!! Aquí hay una espectacular, con la vista del puente y el casco antiguo. La cerveza, pilsner, de trigo, grande, enorme o como quieras, muy barata, y también salchichas (mi favorita, la de Thüringer) o bretzel para acompañar.
Justo debajo, a ambos lados del puente, hay grandes extensiones de césped donde la gente va a tomar el sol, beber cerveza y mojarse los pies en el río.

martes, 11 de mayo de 2010

MENINEANDO POR DRESDE


En mi firme intención de seguir con este blog, y dudando todavía de si publicar algo sobre mis bares favoritos de Madrid, me busqué una Menina de excusa y un ilustrador afortunado, y nos fuimos a Dresde.
Esta ciudad, a medio camino entre Praga y Berlín, es famosa por su arquitectura barroca, y por quedar ésta prácticamente destruída en 1945. Su casco antiguo, ha sido increíblemente reconstruído utilizando restos históricos.
El río Elba cruza la ciudad y en la ribera izquierda queda la parte vieja, que se puede visitar, o al menos pasear, en un día.
Una vez allí, uno no se puede perder la Ópera, que fue una de las más famosas en su época, y donde se estrenaron obras de compositores como Wagner. Desde esta plaza, se ven muchos de los edificios importantes a ambas orillas del río, por el que navegan barcos turísticos y restaurantes a flote.
Detrás de la plaza se encuentra el Zwinger, el palacio de juegos del rey Augusto el Fuerte y donde parece que se realizaban unas fiestas estupendas.

jueves, 22 de abril de 2010

LA CASA DEL VITICULTOR

Nos vamos a Viena: capital europea de la ópera, avenidas enormes, edificios aún más enormes, tartas buenísimas, salchichas, escalope vienés, mucha cerveza, y aunque para nosotros sea prácticamente desconocido, también vino. Hay nada menos que ocho denominaciones de origen en toda Austria, y Viena tiene su propia zona de viñedos.
Para llegar hasta allí, hay que coger el Ubahn 4, hasta Heiligenstadt, y nada más salir el autobús nº 28 A hasta la última parada.
Desde aquí salen caminos por los que se puede ir andando entre viñas, con una vista preciosa de todo el valle, hasta llegar a un riachuelo que separa los viñedos de la pequeña población de Grinzing.
Caminando junto al río, a la izquierda se encuentra un establecimiento que se llama "Buschenschank und Weinbaubetrieb Dr. Artur Worseg". Esta terraza de lo más idílica es un sitio perfecto para degustar los vinos de la zona. El dueño, aunque no habla inglés, hace por entenderse, y ofrecerte vinos y embutidos (si no sabes alemán, tendrás que pedirle que te saque lo que le apetezca, pero está todo riquísimo). Es muy económico y probablemente estarán por allí sus animales domésticos y algún crío jugando.
Luego puedes cruzar el río e ir a hasta Grinzing a tomarte el café con tarta (las mejores la Sacher de chocolate y el Apfelstrudel), y coger el mismo autobús para volver hasta la estación del Ubahn.